Artículo Técnico
M.V. Lucía G. Villarreal Yupton
M.V. Randolph R. Baca Jara
Departamento de Desarrollo Técnico – Laboratorios Biomont
Las vitaminas son esenciales para el crecimiento y buen funcionamiento del organismo animal. Hoy en día, contamos con mucha información sobre su correcto uso, no sólo en el campo nutricional sino también como complemento en algunos tratamientos médicos. La integración de complementos vitamínicos en algunos tratamientos incrementa la probabilidad y reduce el tiempo de recuperación de los animales.
Los resultados de las investigaciones han demostrado que las vitaminas tienen una gran influencia en las explotaciones ganaderas cuando son suministradas con oportunidad y aumentan la eficiencia y la producción de los animales; al mismo tiempo, ayudan a prevenir enfermedades.
Existen varios tipos de vitaminas, las cuales se encuentran dentro de 2 grandes grupos: Liposolubles e Hidrosolubles. Las vitaminas del complejo B se caracterizan por ser hidrosolubles y en su mayoría son componentes de coenzimas. En los rumiantes, todas las vitaminas de este grupo se sintetizan por los microorganismos del rumen, en cantidad suficiente para cubrir las necesidades para el metabolismo normal y para segregar cantidades apreciables en la leche. No obstante, en ciertas condiciones pueden producirse deficiencias o mayores necesidades de complejo B en los rumiantes (McDonald et al., 1999).
Hoy en día, muchas vitaminas del complejo B, así como el ácido orótico, son integrados en tratamientos que incluyen fármacos que son metabolizados en el hígado, logrando mejorar las funciones hepáticas. El hígado es un órgano realmente versátil y la mayoría de sus funciones están relacionadas a la homeostasis metabólica. Además, el hígado se puede adaptar ampliamente de tal manera que los recursos metabólicos pueden ser distribuidos eficientemente de acuerdo a la cambiante demanda y abastecimiento (Fig. 1). Entre las principales funciones del hígado tenemos: almacenamiento y abastecimiento de micronutrientes, distribución lipídica, metabolismo y secreción proteica, metabolismo de carbohidratos, metabolismo de la energía oxidativa, síntesis de colesterol, oxidación de los ácidos grasos, glucólisis, lipogénesis; detoxificación y excreción: biotransformación y excreción biliar, remoción de amonio y producción de urea, eliminación de proteínas plasmáticas; defensa del hospedero: hemostasis (proteínas para la coagulación), producción de factores antimicrobianos, eliminación fagocítica por las células de Kupffer; hematopoyesis fetal y extramedular (Hayes, 2004).
Fig 1. Metabolismo Hepático
I. Vitaminas y compuestos importantes
Entre algunas vitaminas importantes del complejo B, tenemos el ácido fólico o vitamina B9, la cual puede utilizarse en terneros que no han desarrollado completamente la microflora ruminal pues estos son susceptibles a la deficiencia de ácido fólico. El ácido fólico incrementa la hemoglobina y el hematocrito. También incrementa la producción de leche y proteína láctea en vacas multíparas. También favorece la eritropoyesis normal, la síntesis de ADN y ARN y ayuda a prevenir defectos del tubo neural en las primeras semanas de gestación (McDonald et al., 1999).
En los terneros no destetados también se requiere nicotinamida o vitamina B3 que su deficiencia origina diarrea. Se ha demostrado que hay un mejoramiento inmediato de esta diarrea después de la administración intramuscular de nicotinamida. La nicotinamida también es un antilipolítico y ayuda a prevenir y tratar la cetosis y el hígado graso, ya que reduce los cuerpos cetónicos en el comienzo del pre-parto o hasta dos semanas post-parto (NRC, 2001). La piridoxina o vitamina B6 participa como coenzima en las transformaciones metabólicas de los aminoácidos. La deficiencia de esta vitamina produce lesiones hepáticas, cardiacas, cutáneas (como dermatitis, seborrea, glositis y estomatitis) y alteraciones del sistema nervioso (Scott, 2008).
El pantenol es un precursor del ácido pantoténico. El ácido pantoténico o vitamina B5 es un constituyente de la coenzima A y por lo tanto es esencial para variadas reacciones fundamentales incluyendo la oxidación de ácidos grasos, el catabolismo de aminoácidos y la síntesis de acetilcolina. Por otro lado, la cianocobalamina o vitamina B12 es necesaria en la conversión de propionato a succinato para la gluconeogénesis y también para el metabolismo de la metionina, participa en la formación de glóbulos rojos, crecimiento corporal y regeneración de nuevos tejidos. Además participa en la formación de proteínas a partir de aminoácidos, así es un cofactor en el metabolismo de grasas y carbohidratos. La deficiencia de vitamina B12 ha sido demostrada en bovinos alimentados con dietas deficientes en proteína de origen animal o en bovinos con deficiencia de cobalto (NRC, 2001).
El ácido orótico es requerido para la síntesis de ADN y ARN. Se encuentra principalmente en la leche de los rumiantes. Interviene en la detoxificación del amonio del cuerpo y la disminución del ácido úrico, es hepatoprotector y retrasa la apoptosis celular, también es cardioprotector; interviene en el metabolismo de la vitamina B12 y el ácido fólico, actúa en el transporte de minerales; protege y multiplica la flora intestinal benéfica como los Lactobacillus. En combinación con metionina estimula el crecimiento de terneros y vaquillas, y en combinación con lisina protege al hígado de agentes hepatotóxicos (Takayama y Furuya, 1989).
II. Enfermedades y tratamientos integrales
CETOSIS E HÍGADO GRASO. Hasta las 6 semanas después del parto la vaca se encuentra en balance energético negativo ya que no puede consumir bastante energía para abastecer sus requerimientos de glucosa para la lactogénesis. Por lo tanto, hay una reducción de la glucosa sanguínea y del hígado (disminución de glucógeno) y un incremento en la movilización de grasa que culmina en la acumulación de cuerpos cetónicos en los tejidos corporales y fluidos, lo que origina la condición llamada cetosis (McFarlane, 2009). Es más probable en vacas con condición corporal 4 o más y la tasa de mortalidad de los casos clínicos es alta. Debido a que la vaca está en balance energético negativo sigue movilizando grasa corporal, resultando en un incremento en el depósito de grasa en el hígado, lo que origina el síndrome del hígado graso (Radostits et al., 2007).
El tratamiento utilizado comúnmente es la administración de dextrosa vía intravenosa una o más veces al día, ya que la acción de la dextrosa sólo dura 2-4 horas; la administración intramuscular de dexametasona, ya que estimula la gluconeogénesis, reduce los niveles de cuerpos cetónicos y deprime un poco la producción láctea, reduciendo por lo tanto los requerimientos de energía; y la administración de propilenglicol oral una o dos veces al día por 5 días seguidos. Es necesaria también la aplicación de un protector hepático como para ayudar en la total recuperación del hígado e inhibir la lipólisis. Este protector hepático se puede aplicar de forma intramuscular o intravenosa lenta diariamente por 3 a 5 días seguidos, ya que la deficiencia de cobalto y por lo tanto la deficiencia de vitamina B12 también han sido implicados como una causa de cetosis. La vitamina B12 es un cofactor importante en el metabolismo del propionato. Los niveles sanguíneos y hepáticos de vitamina B12 están reducidos en la vaca post-parto. Por otro lado, la nicotinamida disminuye los niveles sanguíneos de cuerpos cetónicos y ácidos grasos e incrementa la glucosa sanguínea (McFarlane, 2009; Scott et al., 2011).
FOTOSENSIBILIZACIÓN. La fotosensibilización ocurre cuando una sustancia fotodinámica ingresa a la piel y por acción de suficiente luz ultravioleta crea una reacción fotoquímica que libera energía, causando el consiguiente daño cutáneo, con preferencia de las áreas blancas de la piel. La piel de las áreas blancas llega a ser eritematosa, luego se engrosa con costras y finalmente se necrosa. La fotosensibilización también ocurre secundaria a la enfermedad hepática. La filoeritrina, un metabolito de la clorofila, es conjugado normalmente dentro del hígado y excretado en la bilis. Si el hígado o los conductos biliares están dañados, se interfiere con el metabolismo normal, los niveles sanguíneos de filoeritrina se incrementan, los niveles dérmicos eventualmente se incrementan y se origina la fotosensibilización (Scott, 2008; Pearson, 2009).
El tratamiento consiste de evitar la exposición de los animales afectados a la luz del sol, cambiar la alimentación por plantas que no causen fotosensibilización, administrar un antibiótico parenteral en caso se haya desarrollado dermatitis secundaria, como por ejemplo enrofloxacina o sulfas en conjunto con un protector hepático, durante 3 a 5 días por vía intramuscular.
FASCIOLOSIS. En el hígado, después de la ingestión de las metacercarias, éstas penetran hacia la cavidad peritoneal desde el intestino, invadiendo la cápsula hepática. En los bovinos infectados se produce una intensa reacción fibrosa. Fasciola hepatica causa pérdida de peso, emaciación, depresión, anorexia, pelo hirsuto, anemia, hipoproteinemia y edema submandibular (Scott et al., 2011). Sin embargo, el hígado tiene una notable capacidad de regeneración que puede ser potenciada por el uso de hepatoprotectores. Ya que la regeneración puede ser restringida por el tejido conectivo, una vez que la fibrosis ha tomado un área, la regeneración se detiene. La pérdida de estroma o la carencia de abastecimiento sanguíneo también reducen la regeneración (Pearson, 2009), por lo tanto, en los casos de fasciolosis crónica, los tratamientos adyuvantes con hepatoprotectores no funcionarán.
El tratamiento fasciolicida se puede hacer con triclabendazol, oxiclozanida o clorsulon, pero se recomienda la administración de Vitaminas del complejo B + Ácido orótico después de cada desparasitación, para ayudar al hígado a protegerse y eliminar las toxinas producidas por la destrucción de los parásitos.
Igualmente, en el momento de aplicar algún fármaco como antibióticos, antiparasitarios, la mayoría de esteroides, los agentes tranquilizadores y anestésicos, se debe recomendar la aplicación intramuscular de hepatoprotectores ya que cierta cantidad de estos fármacos son excretadas por el hígado y pueden sufrir un retraso en su eliminación si hay problemas hepáticos.
III. CONCLUSIONES
Actualmente existen muchos productos en el mercado nacional que contienen vitaminas del complejo B, pero solo Laboratorios Biomont cuenta con HEPATIN, único producto inyectable que contiene entre sus componentes al ácido orótico, que ayuda en el funcionamiento hepático y metabolismo de diversos compuestos.
HEPATIN, está indicado en vacunos, ovinos, caprinos, camélidos sudamericanos, equinos, porcinos, caninos, felinos y aves para casos de hepatitis agudas o crónicas causadas por diversas enfermedades infecciosas y/o parasitarias, intoxicaciones medicamentosas o alimenticias, trastornos de la hematopoyesis. Es un reconstituyente específico para casos de debilidad y convalecencia, agotamiento y actividades que demanden esfuerzo físico.
Vía de administración y dosis
Se administra por vía intramuscular profunda o endovenosa de forma lenta, recomendándose un intervalo de 24 horas entre cada dosis.
Las dosis recomendadas según la especie de destino son:
ESPECIE |
HEPATIN (ml) |
Vacunos y equinos |
10 |
Terneros y potros |
5 |
Ovinos y caprinos |
5 |
Camélidos sudamericanos |
5 |
Porcinos |
5 |
Lechones |
1 |
Caninos |
2 – 3 |
Felinos |
0.1 – 1 |
Aves |
0.1 – 1 |
Cuadro: Dosis según especie de HEPATIN
Componentes
1mL de HEPATIN contiene:
COMPONENTE |
mg |
Ácido fólico |
0.5 |
Ácido orótico |
5 |
Nicotinamida |
10 |
Pantenol |
3 |
Vitamina B6 (piridoxina) |
2 |
Vitamina B12 (cianocobalamina) |
1 000 |
Excipientes c.s.p. |
1 ml |
BIBLIOGRAFÍA:
- Hayes MA. 2004. Pathophysiology of the liver. En: Dunlop RH, Malbert CH, eds. Veterinary Pathophysioloy. Iowa: Blackwell Publishing. p. 371-396.
- McDonald P, Edwards RA, Greenhalgh JFD, Morgan CA. 1999. Vitaminas y minerales. 5ta ed. Zaragoza: Editorial Acribia. p. 74- 86.
- McFarlane D. 2009. Endocrine and metabolic diseases. En: Smith BP, ed. Large animal internal medicine. 4ta ed. Missouri: Mosby Elsevier. p. 1339-1387.
- NRC. 2001. Nutrient requirements of dairy cattle. 7ma ed. Washington: National Academy Press. p. 169-172.
- Pearson EG. 2009. Diseases of the hepatobiliary system. En: Smith BP, ed. Large animal internal medicine. 4ta ed. Missouri: Mosby Elsevier. 905-910.
- Radostits OM, Gay CC, Hinchcliff KW, Constable PD. 2007. Veterinary medicine. 10ma ed. Edimburgo: Saunders Elsevier. p. 383-396.
- Scott DW. 2008. Skin diseases. En: Rebhun’s diseases of dairy cattle. 2da ed. St. Louis: Saunders Elsevier. p. 295-236.
- Scott PR, Penny CD, Macrae AI. 2011. Cattle medicine. Londres: Manson Publishing LTD. p. 201-210.
- Takayama K, Furuya A. 1989. Microbial production of orotic acid (vitamin B13). En: Vandamme EJ, ed. Biotechnology of vitamins, pigments and growth factors. Essex: Elsevier Science Publishers LTD. p. 285-295.
Hepatin es un producto muy bueno como reconstituyente y desintoxicante hepático yo lo he utilizado.
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